Las orugas procesionarias que provienen de los pinos, son altamente toxicas para nuestros animales y refieren una consideración muy especial.

Con respecto a su ciclo biológico, es muy importante destacar que, a finales del verano, vemos aparecer las mariposas que han permanecido enterradas en el suelo (durante el proceso de crisalización, que es el estadio previo al adulto). Las hembras son fecundadas por los machos y ponen los huevos en la copa de los pinos. Aproximadamente a las 4 semanas aparecen las primeras orugas. A lo largo de su desarrollo, se han descrito 4 mudas, a partir de la L2 es ya urticariforme y la L3 es la que forma un nido de seda sobre la rama de los pinos muy fácil de identificar. Raramente abandonan el pino donde se encuentras, sólo se desplazan a otras ramas contiguas para alimentarse, ayudadas por un hilo de seda que han ido dejando como referencia para su desplazamiento. Entre febrero y julio tiene lugar sin duda la fase final y la que tiene más importancia para los propietarios de mascotas, la oruga ya en fase final y cuando la temperatura oscila los 20ºC aparece el reflejo de enterramiento y las orugas, formando filas más o menos largas y en procesión, van en busca de un lugar apropiado para enterrarse y efectuar el proceso de crisalización. Esta procesión de orugas, ha desarrollado un revestimiento de pelo urticante para defenderse de depredadores, actuando como verdaderos arpones.

Los nidos abandonados también tienen pelos urticantes por lo que el viento puede desplazar estos pelos y ponerlos en contacto con la piel y mucosas originando reacciones cuando los animales no han estado en contacto directo con las orugas. 

Los afectados suelen ser perros principalmente y rara vez gatos. Sueles ser atraídos por las hileras de orugas y terminan molestándola con hocico y lengua principalmente. Los síntomas son de aparición rápida y varían desde forma más leve (inflamación de labios, hocico y lenguas con una ligera salivación) hasta formas más severa con inflamaciones muy importante de boca y lengua y a medida que transcurren los días pueden necrosarse y desprenderse parcialmente. También se puede presentar cuadros de vómitos, conjuntivitis y queratitis. 

La profilaxis va a consistir en evitar que los perros estén por la zona de los pinos durante la temporada de procesiones. Fumigaciones a finales de verano y a principios de otoño son muy efectivas. También es interesante la destrucción de nidos. 

El propietario podría iniciar un tratamiento mediante lavado de agua templada a presión en la zona afectada, mientras llama al servicio de urgencias. Es muy importante no frotar la zona para evitar que los pelos se claven. 

Como cabe esperar, los envenenamientos por procesionaria del pino, suponen una situación de urgencias para el propietario, sin olvidar que sería posible su padecimiento incluso en las temporadas donde no se produce la procesión de la oruga.

IMÁGENES:

• Larva de procesionaria - [1]: Salvatore Ingala, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons
• Ejemplar adulto de procesionaria - [2]: © entomart
• Procesionaria del pino desplazándose de manera característica - [3] : Jürgen Appel